domingo, 1 de diciembre de 2013

Con dolor y rabia dan despedida final a sacerdotes en Ixhuatlán de Madero, Veracruz

 “A lo mejor el pueblo necesita la sangre de los mártires”: Francisco Martínez Martínez, Párroco de Chicontepec  

Ixhuatlán de Madero, Veracruz. 30 de noviembre de 2013. Apolinar Lozano Reyes. Durante la mañana de este sábado 30 de noviembre de 2013 y bajo un cielo con nubes cargadas -desde las cuales el sol aparecía y se ocultaba- un nutrido grupo de fieles finalmente recibió los cuerpos de los presbíteros Hipólito Villalobos Lima, originario de Balcázar, Tamiahua, Veracruz, de 48 años de edad y Nicolás De la Cruz Martínez, originario de Tetzacual, Zontecomatlán, Veracruz de 32 años de edad. Tan pronto se les recibió se realizó la misa protocolaria previamente preparada, se les veló brevemente y se les despidió para ser enviados a sus lugares de origen en manos de sus familiares en un ambiente de gran conmoción.

Antes, los fieles soportaron estoicamente largas horas de espera desde que recibieron el aviso un día antes del lamentable asesinato. Venían de Zontecomatlán, de Tlachichilco, de Benito Juárez, de las comunidades de Ixhuatlán, ya que cuchicheaban:  “…está dolida la gente, pero más de las comunidades… porque es donde más atendían…” “…tan buenas ideas tenían… pensaban hacer una fiesta de Santa Cecilia… pensaban hacer un retiro de niños… querían tanto a los niños y jóvenes…” Menos de un año de estancia les fue insuficiente. El artero homicidio en la madrugada de este viernes 29 de noviembre truncó todo en un primer acto criminal contra sacerdotes en el norte de Veracruz.

Esa mañana el encargado llegó como normalmente lo hacía diariamente y al ver sangre corrió a la Comandancia Municipal a menos de 200 metros de allí. Se corrió el rumor en la localidad. La zona se acordonó. El hecho se confirmó finalmente pero las pesquisas en el lugar de los hechos continuaron hasta la tarde de este viernes. Era inconcebible el hecho. La acción, totalmente reprobable. La rabia, impotencia, conmoción invadía el ambiente en tanto iban aceptando el lamentable hecho. La incertidumbre se hacía presente en todos los sectores: ¿Qué va a pasar? Se preguntaban unos a otros… ¡Cómo es posible! ¡Si de por sí hablan mal de Ixhuatlán, con esto, ya nadie vendrá! ¡Pero solo por culpa de unos cuantos!... Así, las horas pasaban.

Las veladoras encendidas poco a poco se fueron reuniendo en la parte de enfrente de la parroquia, al lado derecho de la puerta de acceso, en pleno suelo. En la tarde noche arribó mas gente… llegaban con café, atole y más veladoras. A las 8 de la noche se reunieron en la parroquia… ya esperaban los cuerpos que habían sido trasladados a Chicontepec para la necropsia de ley… arremolinada la gente iba y venía… algunos en llanto, otros como zombies… impotentes se saludaban, cruzaban palabras… por el clima fresco se cubrían con suéteres, chamarras, rebozos. Adultos, jóvenes y niños se habían reunido. Se dijo que a las doce de la noche llegarían los cuerpos y se organizó el protocolo de recepción, los sacerdotes vistieron sus togas y los familiares fueron colocados en los extremos derecho e izquierdo en la parte de enfrente en el interior de la parroquia, pero fue falsa alarma, no llegaron. Después se dijo que a la una de la madrugada, pero dieron las dos y dos treinta, pero nada. Así dieron las 3 de la madrugada. A esa hora se anunció que llegarían hasta después de las 6 de la mañana. Las campanas doblarían avisando para que se reunieran.

La recepción

Un cuerpo compuesto por 8 sacerdotes formalmente vestidos recibió el cuerpo de ambos sacerdotes a las 7:40 aproximadamente. Los cuerpos llegaron en féretros en un convoy de seguridad. Una patrulla municipal y un coche funerario  trasladaban los ataúdes. Visiblemente cansada, pero de pié, los fieles hacían valla desde la cancha de Basquet Bol frente a la parroquia. En el interior los familiares estaban apostados esperando. A unos metros de la puerta, en el interior de la parroquia, tuvieron un primer descanso los féretros. Después de breves instantes trasladaron los ataúdes al frente, al nivel de los fieles. Del lado derecho fue colocado el ataud de Hipólito Villalobos Lima. Del lado izquierdo se colocó la caja de Nicolás de la Cruz Martínez. 

En este lapso se abrieron brevemente los ataúdes. Al verlos se abalanzaron los familiares y el edificio se conmocionó, el llanto imparable contagió a la comunidad que abarrotaba  el lugar… los sacerdotes, de modo generalizado, lloraron con los fieles a pesar de los visibles intentos por permanecer serenos controlando sus emociones.

La misa había dado comienzo entre cánticos y oraciones.  El posicionamiento principal durante la misa correspondió darlo al sacerdote José quien colaboró con el finado Hipólito Villalobos Lima, en Tlachichilco, primero contextualizó, mas tarde imploró del siguiente modo:  “estos acontecimientos… no sirven más que… para seguir generando violencia… [pero] la venganza no va con los sacerdotes. [Empero]… hay que cuidarse mutuamente…” “Vigilen por sus pastores, -imploró que se den cuenta- de la calidad-: que no aprovechamos; queremos paz, no violencia; perdón, no venganza”. Hay que “darnos cuenta de que todos somos imperfectos; que tenemos que estar atentos. Sí se puede… para enseñarnos a dejar a un lado discordias… venganzas… a estar en paz…”

Y finalizó: “Un sacerdote… muere por su comunidad; un sacerdote muere por su parroquia; un sacerdote se abstiene de diversiones, de gustos, de poder salir… pero mi pregunta es cuántos de ustedes buscan al padre y dicen: ¿Padre, cómo esta?... Reclamó: “Buscamos al sacerdote porque es la persona que nos va a ayudar… pero nunca lo buscamos para preguntarle por su salud… Si lo invitamos a comer es por ciertos intereses…”

El padre Gumaro, visiblemente emocionado articuló palabras solo para hacer un recordatorio a los jóvenes: “… ellos habían programado ya su peregrinación al santuario… Polito iba a traer la Antorcha desde allá… entonces… hoy más que nunca lo van a hacer… y Polito va a traerles la antorcha pero no lo van a ver. …Pero el va a venir  con ustedes… Por favor junten más jóvenes y lo vamos a hacer en nombre de él (concluyó al borde del llanto).

El sacerdote de la parroquia Santa Catarina de Chicontepec Francisco Martínez Martínez también tomó el micrófono para señalar:  “… a lo mejor el pueblo necesita la sangre de los mártires… estas cosas que nos suceden debemos interpretarlas… qué es lo que nos está pidiendo dios de nosotros…seguramente estos hermanos estaban con mucha fe… y habrían entregado su vida.” 

En esta intervención propuso: “A todos los catequistas de esta parroquia… miren su templo… Hay que formar un consejo de catequistas... que vigilen esta iglesia… (por)esas lágrimas que vienen a derramar… por eso debemos de cuidar a los padres… (a veces, a los padres)les exigimos y platicamos de más. Los padres también somos humanos, también nos cansamos. También lloramos... Afirmó y reclamó: “Un sacerdote es una riqueza (y hoy) ya no tienen sacerdote. ¿Cuándo va llegar? Quién sabe. No sabemos. Y luego sus familias no quieren mandar a sus hijos al seminario… Hay que ayudar, hay que valorar al sacerdote, hay que observar que el sacerdocio es un don, es una vocación.” 

Concluyó Martínez Martínez: “Quiero saludar de una manera especial a las familias de los hermanos sacerdotes. Gracias que regalaron un hijo. Nicolás en poco tiempo amó mucho a los indígenas. Fue electo para coordinar la pastoral indígena. Pero estoy seguro que ayudará desde el cielo. Gracias.”

La incertidumbre… y el reclamo del pueblo

Abel López García, empresario ganadero comenta para Gente Huasteca  que en la Huasteca existen muchas necesidades, aunque hoy resalta el tema de la seguridad hacen falta servicios urgentes. Indica que es importante que cada quien cumpla con su función, en este caso, explica, el gobierno no proporciona la seguridad necesaria, ya que los homicidios ocurrieron en pleno centro de la comunidad ixhuateca. Esto hace sentir vulnerable a cualquiera. Por lo que debe ser un llamado de atención para todas las instancias gubernamentales: ¡basta de corrupción!

José Bautista Hernández, luchador social, también expresa su malestar ya que “los hechos hablan de una profunda crisis espiritual, de valores… sin embargo, este es el momento de la solidaridad en la comunidad.”

Culpables

Durante la tarde de este sábado 30 de noviembre la Coordinación General de Comunicación Social del Estado de Veracruz emitió el comunicado 6315 en el cual difunde la presentación de los presuntos homicidas de los sacerdotes. En este documento señala que Gabriel Cruz González, Alberto Cayetano Miguel y Heracleo Feliciano Anastacio Jaime, junto con dos menores de edad, fueron quienes, al intentar robarles, privaron de la vida a los sacerdotes Hipólito Villalobos Lima y Nicolás de la Cruz Martínez.

Los detenidos habrían confesado que dentro de la habitación del párroco Hipólito Villalobos Lima, le solicitaron una cantidad de dinero, pero como no se las quiso dar, lo empezaron a golpear, infiriéndole heridas cortantes con un cuchillo. Según la misma versión, al escuchar los gritos y forcejeos, el padre Nicolás de la Cruz Martínez salió de su habitación, siendo golpeado con una piedra por uno de los agresores y, luego de perder el conocimiento, fue agredido con un arma blanca.

La Procuraduría expresa que durante la investigación, el cuchillo fue recuperado por la autoridad, al ser entregado por la mamá de Gabriel Cruz González, el cual presentaba manchas de sangre, y al ponerlo a la vista del presunto responsable, lo reconoció como el que fue utilizado para privar de la vida a los sacerdotes. También aceptaron que la piedra que se encontró en el lugar de los hechos, la cual contiene manchas hemáticas que están sujetas a reconocimiento por parte de los servicios periciales, es la que utilizó para golpear en la cabeza al padre Nicolás.

Enviamos un saludo a todas las personas que nos dieron las facilidades para poder ofrecer este material con la calidad que el lector merece. Enviamos agradecimientos especiales a la familia de Alberto Alarcón Ricaño y al maestro Alberto, docente de Telebachillerato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario